Ubicándonos en la zona del Kak’ik
Guatemala y su gastronomía, vibrante y diversa, es un espejo de su historia y arraigo, donde cada platillo cuenta una historia. Hoy, nos adentramos en el corazón de esta riqueza cultural para descubrir el Kak’ik, un caldo emblemático originario de la región de Alta Verapaz y profundamente arraigado en la cultura maya Q’eqchi’.
Más que una sopa reconfortante, el Kak’ik es una expresión de identidad, una celebración de la vida y una conexión palpable con el pasado, con el que te conectaremos ahora.

Conociendo un poco de Guatemala
Guatemala, tierra de volcanes imponentes, selvas exuberantes y una rica herencia ancestral, nos invita a un viaje culinario que trasciende el simple acto de comer.
El país cuenta con una superficie total de aproximadamente 108,889 kilómetros cuadrados. Convirtiéndose en el país más grande de Centroamérica en términos de superficie.
Su población se estima en más de 17 millones de personas y está distribuida con una mayor concentración en las áreas urbanas y las tierras altas centrales, su idioma oficial es el español aunque son comunes diversas lenguas autóctonas.
Su capital es la Ciudad de Guatemala, ubicada en el altiplano central del país, rodeada de montañas y volcanes, a una altitud de 1500 metros sobre el nivel del mar. Se estima que su área metropolitana alberga entre 4 y 5 millones de personas.




Guatemala comparte fronteras terrestres con cuatro países:
* México: Al norte y al oeste.
* Belice: Al noreste.
* Honduras: Al este
* El Salvador: Al sureste.

Además de sus fronteras terrestres, Guatemala tiene costas tanto en el Océano Pacífico al sur como en el Mar Caribe al noreste. Su línea de costa total se estima en alrededor de 400 km.
El Legado Maya Q’eqchi’: Orígenes Ancestrales del Kak’ik
Para comprender la esencia del Kak’ik, debemos viajar en el tiempo y conocer la rica historia de la etnia maya q’eqchi’, uno de los pueblos indígenas más importantes de Guatemala. Su cosmovisión, profundamente ligada a la tierra y sus ciclos, se refleja en sus tradiciones y, por supuesto, en su alimentación.
La Región Geográfica del Alto Verapaz: Un Tesoro Natural y Cultural
El departamento de Alta Verapaz se encuentra en el corazón de Guatemala, en una región montañosa y exuberante, caracterizada por su impresionante belleza natural y su rica biodiversidad. Su capital es Cobán, una ciudad con una historia colonial significativa y un centro cultural importante para la región.

Con un clima templado y húmedo, influenciado por su altitud y cercanía al Caribe, favorece el crecimiento de una vegetación abundante y la presencia de selvas nubosas, hogar de una gran variedad de flora y fauna.



Además Alta Verapaz alberga otros sitios de gran belleza natural como las Grutas de Candelaria, un sistema de cuevas subterráneas con ríos y formaciones rocosas impresionantes, así como el Biotopo del Quetzal, una reserva natural dedicada a la conservación del ave símbolo de Guatemala.
Esta geografía diversa y rica no solo moldea el paisaje, sino que también influye en la forma de vida, las actividades económicas y las tradiciones culturales de sus habitantes, incluyendo el pueblo q’eqchi’.
La Cultura Q’eqchi’: Un Legado Maya Vivo
El pueblo q’eqchi’ es uno de los grupos mayas más grandes de Guatemala, con una presencia significativa principalmente en el departamento de Alta Verapaz, aunque también se encuentran comunidades en Baja Verapaz, Petén, Izabal y Belice. Su cultura es un vibrante tapiz de tradiciones ancestrales que se mantienen vivas en la actualidad.
El Idioma q’eqchi’ es una de las lenguas mayas con mayor número de hablantes. Es una lengua viva y activa, transmitida de generación en generación y con una rica tradición oral, su cosmovisión está profundamente ligada a la naturaleza y a los ciclos agrícolas. Kak’ik significa «Rojo» o «picante».
Los Q’eqchi Mantienen un profundo respeto por la tierra, los espíritus de la naturaleza y sus ancestros. Las ceremonias y rituales son una parte importante de su vida espiritual, buscando armonía con el mundo que les rodea.
Tradicionalmente, las comunidades q’eqchi’ se organizaban en torno a estructuras familiares extensas y líderes comunitarios que velaban por el bienestar del grupo y la preservación de las costumbres, siendo la agricultura una actividad fundamental, y el maíz, los frijoles y la calabaza (la tríada mesoamericana) cultivos esenciales.
También cultivan café, cardamomo y otros productos importantes para la economía local. Sus prácticas agrícolas a menudo están imbuidas de rituales y respeto por la tierra.
Son hábiles artesanos, destacando en la elaboración de textiles coloridos con diseños geométricos y simbólicos que reflejan su cosmovisión e historia. También trabajan la cerámica, la cestería y otros materiales naturales. La música y la danza juegan un papel importante en sus ceremonias y celebraciones. Utilizan instrumentos tradicionales como el tun (un tambor de madera), la chirimía (una especie de oboe) y el arpa. Sus danzas a menudo tienen un significado ritual o histórico.

Ingredientes como el maíz y ciertas aves, incluyendo el pavo o «chompipe», poseían un significado que trascendía lo puramente nutritivo, a menudo asociados a rituales y a la conexión entre el mundo terrenal y el espiritual.

El Kak’ik, con su base de pavo y su complejo entramado de hierbas y especias, ha perdurado a través de los siglos, transmitiéndose oralmente y a través de la práctica culinaria de madres a hijas, de abuelos a nietos. Esta continuidad generacional no solo ha preservado una receta, sino una parte fundamental de la identidad q’eqchi’, manteniendo vivo un legado ancestral en cada humeante plato.
Los Sabores de la Tradición: Ingredientes Esenciales del Kak’ik
La magia del Kak’ik reside en la armoniosa combinación de ingredientes frescos y aromáticos, cada uno aportando una nota distintiva al caldo:

* Pavo (Chompipe): El protagonista indiscutible. Su carne, cocinada lentamente hasta alcanzar una ternura sublime, impregna el caldo con un sabor profundo y reconfortante. La elección del pavo podría tener raíces en su importancia dentro de ceremonias mayas, aunque con el tiempo se ha convertido en un elemento central de este platillo festivo.
* Hierbas Aromáticas: La hierbabuena y el cilantro frescos son esenciales, aportando un toque herbáceo y refrescante que equilibra la riqueza del caldo. Su aroma inunda la cocina durante la preparación, anticipando el festín.

* Especias: El achiote es crucial, no solo por su sutil sabor terroso sino también por el vibrante color rojizo que caracteriza al Kak’ik. La cebolla y el ajo sientan las bases del sabor, mientras que otras especias locales pueden complementar la mezcla, añadiendo complejidad.
* Chiles: El alma picante y aromática del Kak’ik reside en los chiles, siendo el chile cobanero, originario de la región de Cobán en Alta Verapaz, un ingrediente distintivo. Su sabor ahumado y su nivel de picante aportan una calidez única al caldo. Dependiendo de la tradición familiar o regional, se pueden utilizar otros tipos de chiles, ajustando la intensidad del picante al gusto.

* Vegetales: El güisquil (chayote), con su textura suave y sabor delicado, la zanahoria, que aporta un dulzor sutil, y los ejotes (vainitas), que añaden un toque crujiente, complementan la riqueza del pavo y el caldo.
* Mazorca de Maíz: El maíz, la base de la alimentación mesoamericana, a menudo se incluye en trozos, aportando una textura tierna y un sabor dulce que armoniza con los demás ingredientes.
La sinfonía de estos ingredientes, cocinados con paciencia y cuidado, da como resultado un caldo complejo y lleno de matices, donde cada bocado evoca la tierra y la tradición de Guatemala.
Más que una Receta: La Preparación como un Acto Comunitario
La preparación del Kak’ik trasciende la mera ejecución de una receta; es un acto social que a menudo involucra a varias generaciones de la familia.
En las cocinas de Alta Verapaz, es común ver a madres, abuelas, hijos y nietos reunidos para colaborar en la elaboración de este platillo especial. Cada uno tiene su tarea, desde lavar las hierbas hasta cortar los vegetales, creando un ambiente de colaboración y transmisión de conocimientos ancestrales.
El pavo se cocina lentamente en grandes ollas, permitiendo que sus jugos se mezclen con el agua y las especias, creando una base de caldo llena de sabor. Las hierbas y especias a menudo se tuestan ligeramente en un comal antes de ser añadidas, un paso que intensifica sus aromas y sabores. Este proceso, realizado con esmero y dedicación, refleja el respeto por la tradición y el cariño con el que se prepara el Kak’ik para ser compartido.
Aunque existen variaciones familiares en la receta, la esencia del Kak’ik se mantiene, actuando como un hilo conductor que une a las diferentes generaciones y comunidades q’eqchi’.
Receta
Kak’ik: el alma roja y perfumada de la cocina maya q’eqchi’
Originario de la región de Alta Verapaz, el Kak’ik es un caldo rojo de pavo que forma parte del patrimonio cultural intangible de Guatemala. Su nombre proviene del q’eqchi’: kak significa “rojo” e ik, “picante”. Este plato milenario es más que comida: es historia, identidad y herencia viva.

Ingredientes (para 6 personas)
• 900 g de carne de pavo (preferiblemente muslo o piezas con hueso)
• 8 tomates maduros
• 4 miltomates (tomatillos verdes pequeños)
• 1 pimiento rojo
• 2 chiles guaque secos
• 1 chile pasa seco
• 6 dientes de ajo
• 1 cebolla mediana
• 15 g de ajonjolí (aprox. 1 cucharada sopera)
• 30 g de pepitoria (aprox. 2 cucharadas soperas)
• 4 granos de pimienta gorda
• 5 granos de pimienta negra
• 10 ramas de hierbabuena fresca
• 4 ramas de cilantro
• 3 tallos de cebolla (parte verde)
• 1 cucharadita de achiote (en pasta o polvo)
• Sal al gusto
• Chile cobanero en polvo al gusto (opcional, para un picante más auténtico)
Preparación
1. Coloca las piezas de pavo en una olla grande con unos 2 litros de agua, junto con los tallos de cebolla, la hierbabuena y el cilantro. Cocina a fuego medio hasta que la carne esté suave, aproximadamente 45–60 minutos. Retira las hierbas antes de continuar.
2. Tuesta ligeramente el ajonjolí, la pepitoria y las pimientas en una sartén seca, sin aceite. Luego, asa los tomates, miltomates, el pimiento rojo, la cebolla y los dientes de ajo hasta que estén dorados y con algo de color tostado. Licúa todo junto con un poco del caldo de la cocción del pavo hasta obtener una mezcla homogénea. Cuela para lograr una textura fina.
3. Vierte el recado colado en la olla con el pavo. Añade el achiote, sal y, si lo deseas, chile cobanero en polvo. Deja hervir todo junto durante unos 10 minutos más para que los sabores se integren profundamente.
4. Sirve el Kak’ik bien caliente, acompañado con arroz blanco, tortillas de maíz o tamalitos blancos (pochitos), según la tradición guatemalteca.
Compartiendo el Sabor, Celebrando la Cultura: El Kak’ik en la Vida Guatemalteca

El Kak’ik ocupa un lugar central en las celebraciones y rituales de la comunidad q’eqchi’. Es un plato indispensable en bodas, nacimientos, ceremonias religiosas mayas y otras festividades importantes. Su presencia en estos eventos subraya su profundo valor cultural y su conexión con las raíces ancestrales.
Compartir un plato de Kak’ik es mucho más que compartir una comida; es un acto de unidad, de celebración y de reafirmación de la identidad cultural. Alrededor de la mesa, las familias y las comunidades se reúnen para disfrutar de este caldo reconfortante, fortaleciendo los lazos sociales y transmitiendo las tradiciones a las nuevas generaciones.
El aroma del Kak’ik que se eleva en el aire durante estas ocasiones se convierte en un símbolo de alegría, de comunidad y de herencia compartida.
Incluso fuera de las grandes celebraciones, el Kak’ik puede ser preparado para reuniones familiares o simplemente para disfrutar de un plato tradicional que evoca recuerdos y conecta con la historia familiar. Su sabor reconfortante y su rica historia lo convierten en un plato apreciado en diversos contextos.
El Kak’ik Hoy: Un Legado que Perdura
Aunque tradicionalmente ligado a la región de Alta Verapaz, el Kak’ik ha comenzado a ganar reconocimiento en otras partes de Guatemala, e incluso en algunos restaurantes que buscan ofrecer una auténtica experiencia de la cocina maya. Si bien puede haber adaptaciones para un público más amplio, el respeto por los ingredientes y la esencia del plato original se mantienen.
Preservar tradiciones culinarias como la del Kak’ik es fundamental para mantener viva la riqueza cultural de Guatemala. Cada plato ancestral es un testimonio de la historia, el ingenio y el saber de las comunidades que lo crearon.
Al valorar y difundir el Kak’ik, no solo disfrutamos de un manjar delicioso, sino que también honramos el legado de la cultura maya q’eqchi’.
Un Bocado de Historia y Comunidad
El Kak’ik es mucho más que un caldo sabroso y nutritivo. Es un bocado de historia, una cucharada de tradición y un símbolo de la profunda conexión comunitaria que caracteriza a la cultura maya q’eqchi’ de Guatemala.
Cada ingrediente, cada paso en su preparación y cada ocasión en la que se comparte, narran una historia de resistencia cultural, de transmisión de saberes ancestrales y de un profundo amor por la identidad.
Al explorar el Kak’ik, el blog de Arraigo Group invita a sus lectores a descubrir la riqueza cultural que se esconde detrás de cada plato hispanoamericano. Nos recuerda que la comida es un poderoso conector con nuestras raíces, nuestras tradiciones y las historias que nos hacen quienes somos.
La próxima vez que pruebes un plato tradicional, tómate un momento para saborear no solo sus ingredientes, sino también la historia y la comunidad que lo hacen único. El Kak’ik es, sin duda, un ejemplo exquisito de este legado vivo.
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